¿Sabías que, desafortunadamente, los pacientes con esclerosis múltiple (EM) también podrían desarrollar trastornos en los ojos? Este tipo de anomalías se conocen como trastornos visuales y son causados por las alteraciones que ocasiona la esclerosis en el sistema nervioso central.
Pero, ¿por qué se generan estos problemas? Pues bien, la EM genera la pérdida de mielina, que es la sustancia que rodea los nervios de los ojos, por lo que a la larga ocasiona pérdida de la visión.
En ese orden, los pacientes con esta patología suelen ver afectada su visión porque su nervio óptico es de los más afectados por la esclerosis múltiple. De hecho, la anomalía más frecuente por esta situación es la neuritis óptica, que causa aparición de visión borrosa y de predominio central, que normalmente va acompañada de una alteración en la visión cromática (especialmente en el color rojo) que se instaura de forma progresiva o subaguda en pocos días.
¿Qué más pueden experimentar los pacientes con estos problemas?
De acuerdo con la literatura médica científica, hasta el 90 % de los pacientes presentan dolor localizado detrás del ojo, que se desencadena o empeora con los movimientos oculares; además, podría haber pérdida temporal de la visión y dificultad para ver correctamente los colores, entre otros.
Asimismo, se puede evidenciar la diplopía, que es cuando se presenta la visión doble, que es el resultado de un daño en los músculos que controlan el movimiento de los ojos.
¿Cuánto duran estos indicios?
Los síntomas visuales de la esclerosis múltiple pueden aparecer durante los brotes, entendidos como los cambios nuevos y abruptos de los síntomas neurológicos que duran más de 24 horas o un empeoramiento evidente del cuadro.
En ese sentido, los expertos aseguran que después de algunas semanas, la visión vuelve a la normalidad. Sin embargo, en algunos casos esas lesiones pueden provocar daños a largo plazo.
Los tratamientos más comunes para estos trastornos suelen ser los corticoides endovenosos, que, aunque son procedimientos que acortan la duración de los síntomas visuales, no influye en el pronóstico o recuperación funcional a largo plazo de la visión.
Otro trastorno puede ser el nistagmo, que se presenta cuando la persona mueve sus ojos sin que quiera y sin que sea capaz de pararlos. El problema surge porque, como los ojos no están quietos, se pierde la percepción de profundidad de las cosas, afectando así al equilibrio y a la coordinación.
Referencias: American Cancer Society, MayoClinic, MedLine, WEB MD.