El suicidio es la segunda causa de muerte más común en niños y jóvenes entre los 10 y los 24 años.
Las investigaciones demuestran que más del 95% de las personas que se han suicidado presentaban problemas de depresión u otro trastorno mental, y en algunos casos, también tienen una relación con el abuso de sustancias.
Éstas cifras sin duda evidencian la importancia de tratar la depresión como un problema de salud mental, y de no ignorar las crisis y buscar alternativas para ayudar al niño o adolescente que presenten los síntomas especialmente cuando estos persisten durante dos semanas o más.
Factores de riesgo
Aunque la depresión suele ser uno de los principales factores, no es el único trastorno que lleva a las personas a pensar en el suicidio como una única alternativa. Algunas experiencias en la vida del niño o del adolescente pueden ponerlo en un mayor riesgo, entre ellas:
- Historial familiar de depresión o suicidio
- Trastorno psicológico, especialmente depresión, trastorno bipolar y/o trastorno por consumo abusivo de alcohol y drogas
- Intento de suicidio previo
- Acceso a un arma de fuego
- Eventos de la vida estresantes o pérdidas y falta de apoyo familiar
- Afección médica grave y/o dolor fuerte
- Inquietudes sobre la identidad sexual
- Antecedentes de abuso o haber sufrido hostigamiento severo
Signos y síntomas que pueden ser vistos como una alerta
Las conductas en un niño o adolescentes no son iguales a las de un adulto que presenta depresión, por eso, se recomienda a los padres estar pendientes si sus hijos presentan uno o más de estos signos para buscar ayuda y consultar inmediatamente:
- Tristeza o llantos frecuentes
- Desesperanza
- Disminución del interés por actividades que antes eran sus favoritas
- Aburrimiento o poca energía persistentes
- Retraimiento de los amigos o la familia
- Autoestima baja y culpa
- Mayor irritabilidad, enojo u hostilidad
- Quejas frecuentes de enfermedades físicas como dolores de cabeza o de estómago
- Baja concentración
- Cambio importante en patrones de comida y/o sueño
- Hablar sobre huir de casa o intentarlo
- Ansiedad
Signos de que un niño o adolescente está considerando el suicidio
- Regalar o vender objetos valiosos o queridos
- Hablar o hacer bromas sobre suicidarse
- Decir cosas como “Sería mejor estar muerta” o “Me gustaría desaparecer para siempre”
- Despedirse como si fuera la última vez
- Publicar textos en internet sobre la muerte, morir o el suicidio
¿Puede prevenirse el suicidio?
En muchos casos, se ha evidenciado que algunos factores pueden impedir que las personas lleguen a tomar esta decisión o pueden ayudarlos a cambiar los pensamientos suicidas que los persiguen.
El apoyo de amigos y familiares resulta ser un aspecto fundamental, también las personas pueden apoyarse en sus creencias espirituales, establezca hábitos o estilos de vida saludables que mantengan ocupada su mente, especialmente en actividades que resulten de gran interés y en otros casos, se puede recurrir a la atención médica y a tratamientos como terapia psicológica o medicamentos que puedan apoyarlos en las crisis.
¿Qué hacer si sospecha de una intención de suicidio?
Los padres que creen que su hijo está atravesando por un problema de depresión deben hablar abiertamente con sus hijos y prestar atención a sus sentimientos, es errónea la creencia de que conversar sobre el suicidio motiva a sus hijos a hacerlo, por lo que, es importante hablar abiertamente sobre el tema y escuchar las opiniones que tienen respecto al suicidio.
- Mantenga armas o cualquier elemento que pueda lesionar a su familiar bajo llave o fuera de casa. Los medicamentos, el alcohol y los venenos deben estar guardados fuera de su alcance por ser elementos altamente utilizados en casos de suicidio de niños y jóvenes.
- Busque tratamiento para su hijo en casos de los que sufran de depresión u otra enfermedad mental, con el fin de tener bajo control la condición.
Es importante destacar que aunque el niño o adolescente tenga ideas o intente suicidarse, no significa que los padres hayan hecho algo malo o actuado mal, por lo que, acudir de forma oportuna al pediatra o en búsqueda de ayuda psicológica puede ayudar a que el niño y la familia se recuperen de este momento.
Es importante además que:
- Le haga saber a su hijo que siempre estará dispuesto a escucharlo y apoyarlo.
- Lo motive a realizar actividades físicas y lo acompañe si es posible para que se mantenga distraído.
- Fomente actividades sociales ya que el aislamiento empeora la enfermedad.
- Participe en el tratamiento asegurándose de que siga todas las instrucciones y que asista a sus citas de terapia.
Líneas de prevención
Existen algunas líneas que cuentan con personal capacitado para prestar apoyo a personas con pensamientos suicidas. Si usted siente la necesidad o cree que un familiar o amigo necesita este apoyo comuníquese a la Línea directa para prevención de suicidios (National Suicide Prevention Lifeline, NSPL) al 1-888-628-9454 las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
Llamadas desde fuera de Estados Unidos
La Asociación internacional para la prevención del suicidio (International Association of Suicide Prevention, IASP) ha compilado un directorio de líneas directas de prevención en América del Norte, América del Sur, Europa, y más, en donde profesionales estarán dispuestos a apoyarlo y ayudarlo cuando más lo necesite.
Con información Cincinnati Children’s Hospital Medical Center