Para muchas futuras mamás, esta es una semana más en la que muy pocas logran saber que están embarazadas, pues habitualmente lo descubren luego del primer mes tras la falta del periodo menstrual.
Pero, lo cierto es que así ya lo sepas o no, tu embarazo sigue adelante y en la semana 3, se convierte en la semana del embarazo donde inicia el desarrollo embrionario, gracias a que el espermatozoide y el óvulo se unen en una de las trompas de Falopio para formar un cigoto, (conjunto de células que se dividen rápidamente). Si se libera más de un óvulo y estos son fertilizados, o si el óvulo fertilizado se divide en dos, puedes tener múltiples cigotos.
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El o los cigotos comúnmente tienen 46 cromosomas: 23 de la madre y 23 del padre, los cuales sirven para determinar el sexo del bebé y algunos de sus rasgos físicos.
Poco después de la fertilización, el cigoto se desplaza por la trompa de Falopio hacia el útero. Al mismo tiempo, comenzará a dividirse y formará un grupo de células muy pequeñas que se conocen como mórula.
En esta semana pueden presentarse algunos síntomas que dejarás pasar si no estás tan concentrada en la planificación para la llegada de un bebé, pero si prestas especial atención lograrás identificarlos.
Algunos signos de la semana 3 de embarazo son:
Al implantarse el óvulo fecundado, no habrá presencia de menstruación. Así, algunas el día de la implantación pueden notar presencia de sangre en el mucus cervical, sensibilidad en las mamas, cansancio, mayor percepción de los olores o dolores similares a los del ciclo menstrual.
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¡No lo olvides!
El seguimiento médico durante el embarazo es indispensable para garantizar el adecuado estado de salud tuyo y el de el bebé que viene en camino, así que es importante acudir con el médico primario o especialistas tan pronto sepas que pronto llegará a casa un bebé para alegrar tus días.
Con información: Mayo Clinic