Hamburguesas, cigarrillos, comida chatarra y sedentarismo no eran precisamente los hábitos de nuestros antepasados. Entonces creeríamos que con esta realidad lo tendría por qué haber ataques cardíacos o cerebrales, ¿cierto?
Pero la realidad no es esa. Debido a las tecnologías médicas de los expertos se ha logrado examinar restos momificados de personas que vivieron y murieron hace miles de años. Y, ¿qué creen? Se encontraron en ellas una enfermedad cardiovascular que suele asociarse con los estilos de vida de nuestra modernidad: la ateroesclerosis.
Para ellos fue una sorpresa descubrir que es una enfermedad ha estado con nosotros durante un largo tiempo. Se encontró en momias egipcias y peruanas, así como en restos humanos antiguos del suroeste de Estados Unidos y de las Islas Aleutianas.
¿Cómo podrían saber que se trataba de eso?
La aterosclerosis sucede cuando los depósitos de grasa llamados placa se van acumulando en las arterias con el tiempo. Esta puede obstruir el flujo de la sangre, o desalojarse y ocasionar un ataque del corazón o cerebral.
Hay factores de riesgo que no se pueden controlar, como la edad y los antecedentes de enfermedades cardíacas en la familia. Sin embargo, se piensa que otras cosas, como fumar, la falta de ejercicio, la obesidad y la mala alimentación, son consecuencia de los malos hábitos modernos.
Esta anomalía aparente hizo que los investigadores sacaran tomografías computarizadas de las momias, muchas de las cuales aún tenían depósitos de calcio en las arterias, señal clara de la placa acumulada que indica la presencia de aterosclerosis.
¿A qué se debe entonces?
Los expertos señalan que podría deberse a factores ambientales, genéticos o biológicos. Sus teorías se basan en aspectos como el humo de las hogueras de cocina, las malas condiciones de vida que ocasionaban infecciones frecuentes e inflamación y hasta el estrés provocado por las pestes, la inseguridad de la alimentación o las constantes guerras.
Ese podría ser el mensaje principal de las momias.
«Los seres humanos tienen una cierta tendencia de desarrollar aterosclerosis», dijo Thompson, cardiólogo del sistema médico St. Luke’s Health System de Kansas City. «Hay cosas que no se pueden controlar, pero eso enfatiza la importancia de controlar lo que sí se puede vigilar, como la alimentación y el ejercicio, y el no fumar».
Fuente: Asociación Americana del Corazón