La endocrinóloga Nydia Burgos relata la situación de la endocrinología en Puerto Rico y las maneras de abordarla
En entrevista para BeHealth, la doctora Nydia Burgos Ortega, endocrinóloga de adultos, discutió la situación que atraviesan los puertorriqueños con enfermedades endocrinas y alternativas para manejar sus condiciones.
“Si todos los endocrinólogos en Puerto Rico solamente trataran diabetes, como quiera no pudiesen tratar a todos los casos. Hacen falta muchos especialistas en endocrinología, tanto pediátricos como de adultos”, afirmó la Dra. Burgos Ortega.
Entre las diferentes enfermedades endocrinas prevalentes en Puerto Rico se estima que la diabetes afecta a 396,000 personas. Al conocer que en Puerto Rico hay alrededor de 40 endocrinólogos para adultos y 10 especialistas pediátricos, resalta la necesidad de más médicos especializados en trastornos endocrinos.
“Con los datos de 2020, dos de cada quince personas tienen diabetes, y usualmente se chequean a las personas antes de los 45 años cuando presentan factores de riesgo”.
Además, la especialista señaló a la genética hispana, “y todo lo que tiene que ver con estilo de vida [como factores asociados] a los desórdenes endocrinos. El colesterol alto, la presión alta, obesidad y diabetes muchas veces coexisten en un paciente, y aumentan el riesgo cardiovascular”.
“Todo adulto debería chequearse cada tres años porque tenemos una tasa de alto riesgo [de adquirir diabetes]. Por ejemplo, en adición al sobrepeso y la dieta, influye que somos una población muy sedentaria…”, dijo Burgos Ortega.
Por otro lado, los puertorriqueños con enfermedades de tiroides son otra población que requiere más atención médica. Según un comunicado emitido en 2018 por la Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología y Diabetología (SPED) hay más de 300,000 personas con algún trastorno de tiroides.
“Las enfermedades de la tiroides, especialmente el hipotiroidismo, son bien frecuentes […] en estudios que se han hecho en Puerto Rico se muestra que la tasa de hipotiroidismo es más alta que en otras poblaciones, y que puede llegar hasta un 20%”, informó la doctora.
Burgos Ortega aclara que a la suma de la población que padece diabetes y problemas tiroideos deben agregarse otras enfermedades incluidas en la gama de condiciones endocrinas. Por ejemplo, la menopausia prematura ーel decaimiento temprano de las hormonas reproductivas de las mujeresー y su rol en la osteoporosis, y la diabetes tipo 1.
“Un factor de riesgo importante para el desarrollo de osteoporosis es que una mujer tenga una menopausia temprana y no reciba terapia hormonal hasta la edad natural de la menopausia”. La especialista añadió que esto pudiera resultar en huesos más frágiles cuando las pacientes alcanzan la vejez, volviéndose asimismo más dependientes de lo serían al recibir tratamiento lo antes posible.
En el caso de la diabetes tipo 1, conocida como la diabetes juvenil, la intervención pediátrica y la educación acerca de cómo manejar la enfermedad es imprescindible. “La diabetes tipo 1 cambia la vida de la persona por completo. Tiene que usar insulina para todas sus comidas, estar pendiente de su consumo de carbohidratos”, detalló Burgos Ortega.
Al describir los requerimientos para que pacientes de diabetes tipo 1 tengan una vida saludable, la doctora remachó la importancia de que las personas visiten rutinariamente a su endocrinólogo más cercano. Además, recalcó la escasez de especialistas en Puerto Rico: “La cantidad de endocrinólogos pediátricos que hay no dan abasto para todas las enfermedades”.
Rebasar las guías de tratamiento
Dentro de su carrera como médica clínica, la doctora nunca rehuyó del trabajo investigativo, aunque su introducción a esta parte de la medicina, según ella, fue algo accidentada.
Durante su último año en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, Burgos Ortega pudo hacer sus rotaciones en los hospitales de la Universidad de Pennsylvania y Mayo Clinic. Ella le atribuye a estas experiencias su práctica de pensar críticamente sobre los guías de tratamiento, “aprendí a cuestionarlos para encontrar el mayor beneficio para el paciente”.
Las publicaciones destacadas en su página web evidencian su cuestionamiento de las guías, ya que consisten en metaanálisis de diferentes estudios y terapias para enfermedades endocrinas. Este método de investigación trata esencialmente de la recopilación y el análisis de un acervo cuantioso de datos médicos para identificar tendencias y delinear mejores intervenciones médicas.
En su experiencia en Mayo Clinic conoció a su colaboradora recurrente, la doctora Naykky Singh Ospina, endocrinóloga en la Universidad de Florida en Gainesville. El énfasis más investigativo de Singh Ospina complementó el enfoque clínico de la doctora Burgos Ortega, y así pudieron producir metaanálisis del reemplazo de la hormona tiroidea y la terapia de estrógeno en mujeres embarazadas, entre otras.
Este tipo de investigación, además de describir las consecuencias de distintas intervenciones médicas, puede poner en duda las prácticas comunes de los médicos.
“La medicina no es en blanco y negro, tiene muchos grises”, explicó la doctora. “Los médicos se dejan llevar mucho por las guías de tratamiento que están basadas en la mejor evidencia disponible”.
Sin embargo, las guías, según la endocrinóloga, no deben seguirse al pie de la letra en todo el tiempo.
“Cuando el paciente presenta una condición más rara, hay menos datos disponibles. En estos casos, se trata de presentar la información que se conoce al paciente y proveer un análisis”.
Nuevo proyecto
La publicación más reciente de la doctora Burgos Ortega fue en mayo de este año, pero ahora se dedica a una nueva oportunidad de crecimiento: su práctica privada. Allí recurrirá a todo lo aprendido en sus años de estudio e investigación para, junto a sus pacientes, tratar las enfermedades endocrinas más comunes en el país.
Su oficina estará ubicada en la Suite 1070 de Maramar Plaza, abierta para personas de 21 años en adelante. Para citas o más información llame al (787) 509-6877 o comuníquese a info@draburgos.com.