La Sociedad Americana Contra el Cáncer lleva casi medio siglo en Puerto Rico. Sus objetivos, desde sus inicios, eran muy claros: educar a la ciudadanía sobre la importancia de la prevención y la detección temprana del cáncer para salvar vidas. En sus cuarenta y siete años en la isla, ya más de la mitad, específicamente veinticinco años, han contado con la excelsa dirección de la Doctora Lillian Santos.
Santos, quien es doctora en Psicología Clínica de la Universidad Carlos Albizu en San Juan, decidió unirse a esta notable causa que lleva a cabo esta sociedad, cuyo apasionado sentido de misión, una gran capacidad para planificar y un notable liderazgo ejecutivo, son las premisas que más la distinguen.
En su entrevista con BeHealth, la doctora nos cuenta que la intención inicial era apoyar en la sociedad durante dos años para luego continuar ejerciendo su labor como catedrática en la universidad.
Y sí, esos dos años se convertirían en veinticinco donde ha combinado sus habilidades profesionales para seguir llenando de logros a la Sociedad Americana Contra el Cáncer en Puerto Rico.
“Jamás pensé que se convirtieran en veinticinco años”, confiesa la doctora Santos. Sin embargo, enfatiza en que se siente satisfecha de la labor que realiza: “Todos los días me levanto con la gran satisfacción de saber que lo que hago impacta vidas”.
Su pasión por su labor desborda cuando se conversa con la doctora Lillian. Entre sus logros más destacados en la Sociedad Americana Contra el Cáncer de PR, ha sido la celebración por primera vez en Puerto Rico (1998) de Relevo Por La Vida, el evento cumbre en homenaje a los sobrevivientes de cáncer, que cada año es más concurrida y exitosa.
Además, ha establecido en la Isla las marchas Avancemos a Grandes Pasos Contra el Cáncer de Seno, el Capítulo de PR de CEOs Against Cancer y la Gran Gala Anual, con cuyos fondos se creó la Beca Universitaria José M. Berrocal, para jóvenes sobrevivientes de cáncer que han sido aceptados para seguir estudios universitarios, siendo a su vez ejemplos de esfuerzo y valentía para nuestra juventud. También, bajo su liderazgo, el voluntariado ha crecido de 2,000 a 15,000 personas.
No obstante, la doctora Lillian Santos precisa que la labor no ha sido únicamente suya: “es la participación activa de un grupo con 15 mil voluntarios activos y un personal de cuarenta y tantos empleados”.
“A mí me tocó ser la directora de orquesta, y ellos son todos los instrumentos importantes para que la melodía y los resultados sean buenos”.
Ella comenta que, a pesar de llevar tantos años como directora, es una realidad que le sigue apasionando, pasión que considera esencial para el desarrollo de su labor:
“El día que no te levantes con la pasión y las ganas de contagiar al paciente con tu alegría, con la esperanza de que se puede, no puedes estar trabajando para la Sociedad Americana contra el Cáncer”.
Desde sus conocimientos como psicóloga y su profundo interés por ayudar a quienes más lo necesita, transforma y adapta sus habilidades a los diferentes escenarios. Su trabajo, según indica, reúne todas sus pasiones: educación al público y al profesional, ayudar como profesional de la salud a personas necesitadas. “Una de mis fortalezas es la capacidad de establecer relaciones, comunicarme y proyectar la pasión por lo que hago, y las personas me apoyan”.
Desde la sociedad tienen la certeza de que hacen verdaderamente la diferencia y disfrutan lo extraordinario que es salvar vidas.
En lo personal, su trabajo le ha marcado muchísimo, plantea. “A mí me cambió la perspectiva de vida y saber que hay que ser agradecido. Yo he aprendido con el paciente, a vivir mejor, a entender que las cosas importantes en la vida trascienden lo material”.
También destacó la importancia del voluntariado, que constituyen la base de la organización:
“No hay corazón más grande que el de un voluntario. Gracias a la generosidad de los voluntarios de esta organización, nosotros no habríamos logrado todo lo que hemos logrado”.
Importancia de la misión de educar
Según la doctora, en Puerto Rico, la estadística señala que anualmente hay 16 mil casos nuevos, de los cuales 147 son niños.
“Nuestra misión es salvar vidas, educar, proveer información actualizada, apoyar, investigar, a favor del paciente y la comunidad en general. Es celebrar la vida, liderar la lucha contra el cáncer y llevar esperanza a una comunidad y un mensaje salubrista de que la detección temprana salva vidas”, precisó la entrevistada. Por ello, cuando Santos tuvo la oportunidad de ejercer su labor como directora procuró institucionalizar eventos y que las personas no lo vieran solo una recaudación de fondos. “Todo impacto comunitario tiene que venir acompañado con educación, con promoción de nuestros programas”, planteó.
El logro más grande de la organización
Otro de los más grandes logros de la Dra. Santos es la apertura en el 2013 del Puerto Rico Hope Lodge con la integración del ya conocido Hogar Niños Que Quieren Sonreír, un albergue temporero y gratuito para pacientes adulto y niños de toda la Isla, Vieques, Culebra e Islas Vírgenes, que reciben tratamiento ambulatorio en el área metropolitana de San Juan.
“Un sitio donde pacientes y cuidadores se dan cuenta que no están solos, porque se tienen los unos a los otros y a nosotros como organización regalando cariño, ayuda económica, albergue, alimentación y transporte”.
Su mensaje para todas las personas es que la detección temprana salva vidas. Para ello, la organización se esfuerza por ayudar, capacitar y enseñar desde la niñez lo que es dar y conocer la responsabilidad social que todos tenemos: “Si no vives para servir, no sirves para vivir”.
De esta manera logran aportar su grano de arena para hacer de este mundo un sitio mejor, impactando vidas enfocados no solo a la educación sino también al acceso a coberturas médicas y el respecto y cumplimento de los derechos como pacientes. “A largo plazo ese es el legado que se deja como organización”, comentó.
Ante la situación de la pandemia, la doctora comenta que hubo una significativa baja en la realización de pruebas diagnósticas. Sin embargo, debemos saber la importancia de un diagnóstico temprano; así como conocer todos los avances de la ciencia y promover, por ejemplo, la vacunación contra el VPH, la cual evita hasta seis tipos de cáncer.
“En el 2021 hazte tu prueba de cernimiento, atiende tu salud. Hay una diferencia de seis meses entre una detección temprana y una detección tardía. Prevención, detección temprana, no detengas tu tratamiento, puede ser fatal si interrumpes tu quimio, tu radioterapia”.
Después de veinticinco años, la doctora Lillian Santos asevera que esto es lo que quiere seguir haciendo, orgullosísima de su grupo de trabajo y de los voluntarios que los apoyan.
Madre, hija, hermana, trabajadora… ¡mujer!, Lillian ha logrado por todo este tiempo -y contando con el apoyo de sus seres queridos- construir, no solo una hermosa familia con un hijo del cual se siente plenamente orgullosa, sino también ha logrado hacer crecer otra familia enfocada en la lucha contra el cáncer. Así, desde sus diferentes roles sigue ofreciendo luz y llevando alegrías y educación a la población puertorriqueña.