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Viruela de mono … y ahora que más!!!

Por: Armando G. Burgos-Rodríguez, DVM
Presidente del Comité de Una Salud Colegio de Médicos Veterinarios de Puerto Rico

En estos momentos que nos estamos “acostumbrando” a vivir con el COVID-19, el año 2022 decidió no quedarse atrás y nos trae la viruela de mono, y sin hablar de la influenza aviar. Estamos bastante paranoicos con mucha razón, pero lo importante es, no entrar en pánico y educarse a través de fuentes confiables y no lo que digan necesariamente los “expertos” de las redes sociales.  

¿Y por qué viruela de mono? Me hice esa pregunta ya que los casos que tenía conocimiento de la literatura veterinaria no hablaban mucho de monos, pero según el Centro de Control de Infecciones, se descubrió en 1958 en una colonia de monos utilizados para investigación. De ahí surge el nombre de viruela de monos. Desde 1970, han ocurrido casos en humanos en su mayoría en África. 

La viruela de mono es una enfermedad zoonótica, enfermedad que tiene su origen en algún animal y se les transmite a las personas a través de mordeduras, rasguños o contacto con material infectado del animal. En el caso de la viruela de mono, aunque el reservorio se considera desconocido, se sospecha que algunos monos y los roedores de África pueden ser portadores.     

En el 2003, hubo 47 casos humanos en Estados Unidos debido a la introducción del virus en animales procedentes de África que se vendieron como mascotas. En particular los llamados perritos de las praderas (“prairie-dogs”) fueron infectados por roedores africanos y fueron estos perritos de las praderas que infectaron a las personas a través de mordidas, rasguños y contacto con dichos animales enfermos. Es de sumo interés, mencionar que según la literatura de esos casos del 2003 no hubo ninguna transmisión de un ser humano a otro.   

¿Llegará a Puerto Rico? Eso solo lo dirá el tiempo. La manera que llegaría sería a través de algún viajero o algún animal infectado. En estos momentos, en los diferentes casos reportados en Europa y Estados Unidos no se ha mencionado ninguna conexión con animales, pero esto puede cambiar según pase el tiempo. Como dicen… zapatero a su zapato, eso les tocará a los epidemiólogos, a los virólogos y científicos mirar qué conexión hay.  

Ahora, volviendo a los casos 2003 y el potencial del origen del COVID, si nos pone a pensar en la conexión que tenemos los seres humanos con los animales y el medio ambiente. Todos tenemos una conexión, y no podemos ignorar estas señales que se nos están enviando. El ejemplo clásico, tenemos acceso a cualquier parte del mundo viajando, y de ahí el potencial de mover un virus, una bacteria a otros países. También, afectamos los hábitats de los animales y en muchas ocasiones este impacta directamente a los seres humanos u otros animales. Cuando un animal es forzado fuera de su hábitat, puede exponer a otros animales y seres humanos a enfermedades que normalmente no fueron expuestas.    

Es esa conexión entre los animales, seres humanos y el medio ambiente que tenemos que salvaguardar y proteger. Nos toca a todos poner nuestro granito de arena para proteger nuestro ambiente.  También nos toca a la comunidad científica poder colaborar y compartir nuestros conocimientos para poder así educar a las personas y evitar que estas situaciones sigan ocurriendo. 

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