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La donación transforma el dolor y regala vida

La pérdida de un hijo es la experiencia más difícil a la que pueden enfrentarse unos padres, la mayor tragedia imaginable. El mismo dolor que sintiera María Teresa hace ocho años, un 31 de diciembre, con la pérdida de Manuel o, como ella le llama, Manolo.

Confiesa María Teresa que ese día jamás ha de olvidarlo, cuando su pareja recibió la noticia por teléfono, supo con su mirada que las noticias no serían buenas.

“Cuando tomé el teléfono me preguntaron si era la madre de Manuel del Toro. Como madre, rápidamente supe que algo no estaba bien”.

María Teresa recuerda a su hijo con una sonrisa. Según nos contó, él era bien carismático y saludaba a las personas, aunque no las conociera. “Te saludaba y te daba un abrazo que te podía romper las costillas”.

Su madre lo recuerda como un joven extrovertido, amante de las fiestas, su novio para siempre, narró ella.

“Yo recuerdo lo bonito de él, sus alegrías. Eso me fortalece, porque él no hubiera querido verme triste”.

María Teresa, ante la pérdida de su hijo tomó una decisión: regalar vida y permitir que un pedacito de su hijo perdurara en el plano terrenal. Ya ella sabía que ella misma quería ser donante, para dar vida y ayudar a otros, pero confiesa que nunca pensó en que su hijo lo fuera.

“Uno quiere estar en ese lugar, uno quiere que se levante (su hijo) y ponerse uno. No pensé jamás que ese momento iba a suceder”, contó a BeHealth.

La decisión no fue únicamente de ella, el padre de Manolo también accedió y, ambos, decidieron también involucrar en la decisión al mejor amigo de Manolo, su pana.

“Y él sabía que Manuel quería también ser donante de órganos. Ahí fue que se tomó la decisión”.

Actualmente María Teresa afirma que se siente feliz de que su hijo pudo dar vida a otras personas. Son nueve las personas que tienen parte de él y, aunque María Teresa aún no las conoce, afirma que ya se siente preparada para conocer a esa persona que porta su corazón y tiene ya ansias de hacerlo.

“A Manolo le gustaba dar. Ese regalo de él lo hace feliz, regalar parte de él a otras personas, donde quiera que esté, está feliz”.

Esta es la manera que María Teresa recuerda que Manolo continúa vivo, “es la mayor satisfacción que, como madre o padre, uno puede tener; saber que personas todavía viven con parte de nuestros hijos. Es bonito saber y sentir que hay partes de él en otras personas y yo sé que lo atesoran. Eso para mí es gratificante”.

Finalmente, compartió un mensaje exhortando a las personas, a las familias, a que compartan vida y den a otros la oportunidad de vivir:

“Las personas todavía tienen miedo a la donación de órganos, me alegra que hay muchas más personas informadas sobre la donación de órganos y tejidos, pero hay muchas más que necesitan orientarse sobre lo que es, ellos piensan que tal vez los dejan morir para obtener sus órganos y eso no es así. Exhorto a que se orienten en LifeLink Puerto Rico. Esto tienen que dialogarlo en familia y no esperar a último momento. Son decisiones que se hablan en familia y muchas veces no se quiere hablar este tema. Hay muchos mitos, pero nada que no se pueda aclarar”, finalizó.

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