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Conoce la espondilitis anquilosante

La espondilitis anquilosante (EA) es una enfermedad crónica que afecta a la columna vertebral y, en algunos casos, a otras grandes articulaciones. La espondilitis anquilosante ataca la columna vertebral y los huesos que la rodean.

Cuando el cuerpo trata de repararse a sí mismo formando nuevos huesos alrededor de las vértebras (huesos en la columna), las vértebras pueden terminar pegándose entre sí. Con el tiempo, esta fusión hace que la columna vertebral sea menos flexible y puede llevar a una postura encorvada.

La espondilitis anquilosante, como otras formas de artritis, se llama «crónica», porque cuando aparece por primera vez, puede durar toda la vida, con síntomas que suelen aparecer y desaparecer. Aunque todavía no sabemos qué es lo que desencadena la EA o cómo curarla, sí conocemos los diferentes síntomas que la caracterizan y sabemos cómo tratarlos y cómo progresa la enfermedad.

¿Cuáles son las causas de la espondilitis anquilosante?

La espondilitis anquilosante es causada por un mal funcionamiento del sistema inmunológico. Ataca por error a las células sanas de tu cuerpo, en este caso, a tus vértebras. Los investigadores aún no saben por qué sucede esto, pero la naturaleza de la EA la coloca en la categoría de «enfermedades autoinmunes».

Los investigadores estudian las posibles causas, entre ellas:

Genética: Algunas personas tienen genes que los predisponen a la Espondilitis Anquilosante. Sin embargo, llevar estos genes no es suficiente para que la enfermedad se desarrolle.

Eventos desencadenantes: La enfermedad se produce cuando el cuerpo responde a un período de vida estresante, una infección o un factor ambiental.

Herencia: el riesgo de EA es mayor en una persona que tiene un familiar con la enfermedad.

Género: La espondilitis anquilosante afecta tanto a hombres como a mujeres.

¿Cuáles son las consecuencias?

Cuando la columna vertebral se ve afectada por la espondilitis anquilosante, puede volverse rígida y dolorosa. Otras articulaciones afectadas por la EA pueden ponerse rojas, hinchadas, dolorosas y calientes al tacto: esto se llama inflamación . Las articulaciones también pueden ponerse rígidas, al igual que la columna vertebral, especialmente en las primeras horas después de despertarse o después de un período de descanso.

Los síntomas de la espondilitis anquilosante tienden a cambiar con el tiempo y aparecen de forma diferente en cada persona. Las personas con EA suelen experimentar episodios dolorosos muy intensos, llamados «brotes», intercalados con períodos sin síntomas, llamados «remisiones».

Los síntomas pueden variar: el dolor puede ser leve o severo, el período de rigidez de la columna vertebral puede ser corto o muy largo, y el tiempo entre las recaídas puede variar de unas pocas semanas a unos pocos años.

Si la inflamación de la EA no se trata, puede llevar eventualmente a una fusión espinal, deformación de las articulaciones y una marcada rigidez que dificulta la realización de las actividades diarias. Afortunadamente, hay muchas maneras de tratar la espondilitis anquilosante y prevenir el daño antes de que ocurra.

El apoyo es primordial

No estamos destinados a vivir solos. Especialmente cuando tienes espondilitis anquilosante. Tus amigos y familiares pueden ayudarte, así como los profesionales de la salud que te tratan.

Vivir con una enfermedad crónica puede hacer que te sientas aislado, especialmente cuando tienes que cambiar tus hábitos diarios, ver a muchos profesionales de la salud y aprender términos médicos. Pero no tienes que hacer esto solo.

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