La Dra. Gabriela Cotto-Pérez, especialista en medicina primaria, preventiva y promotora de la salud comunitaria, enfatizó la importancia de personalizar los planes de nutrición y ejercicio tanto para personas que viven con diabetes como para aquellas sin la condición, esto durante el 1er simposio de Diabesidad en Puerto Rico reunió a especialistas para abordar la crisis de obesidad y diabetes.
Según la doctora, «somos individuos únicos, por lo que es esencial individualizar los planes de ejercicio y nutrición». Para muchos, el proceso comienza con una modificación gradual del estilo de vida, que involucra una combinación de ejercicio y alimentación adecuada.
Cotto-Pérez destaca que el ejercicio debe adaptarse a cada persona, dependiendo de su nivel de actividad física previa. «Si una persona ha llevado una vida sedentaria durante años, el primer paso es caminar en un parque durante 15 minutos. Luego, se replantea el plan de acción para programar otros tipos de rutinas», aconseja. Esto incluye ejercicios de fuerza, resistencia y cardiovasculares, todos ellos claves para una vida más saludable.
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El enfoque multidisciplinario también es crucial, especialmente en casos de personas que viven con diabetes u obesidad . La médica enfatiza que «la obesidad y la diabetes son enfermedades complejas y multifactoriales, influenciadas por la genética, la etnia y la edad. Por ello, es necesario un equipo interdisciplinario para su manejo».
En cuanto a la alimentación, Cotto-Pérez señala la importancia de lograr un déficit calórico controlado para la pérdida de peso. «No es lo mismo tener un déficit calórico sin una nutrición adecuada que hacerlo correctamente», explica.
Para lograr una alimentación balanceada, es fundamental considerar los tres macronutrientes principales: proteínas, carbohidratos y grasas saludables. Entre los alimentos recomendados, menciona el salmón por su aporte de omega-3, legumbres, granos integrales como la avena, y grasas saludables presentes en alimentos como el aguacate.
Finalmente aconseja practicar la alimentación consciente, es decir, estar atentos a lo que se consume, eligiendo opciones saludables como carnes blancas, pescado, espinacas y frutas como el kiwi, que aportan nutrientes esenciales. «La clave está en la variedad y en incluir alimentos ricos en fibra, como la cebolla morada y las almendras, para apoyar una buena digestión y salud general».
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